
Sin embargo, la experiencia nos permite tener algunas pistas de lo que más se comparte: lo que más toca la fibra sensible (emociona, indigna o sorprende) y lo que nos hace pensar en los otros, es decir, nos incita a enviárselo a nuestros amigos. También las actualizaciones de estado positivas, que transmiten alegría y felicidad, provocan en los demás exactamente lo mismo.
Además, son varios los estudios que demuestran cómo las emociones, sobre todo las positivas, son virales en las redes sociales.
Por ejemplo, un estudio, publicado en la revista Plos One y dirigido por un equipo de investigadores de la Universidad de California en San Diego (EEUU), sugiere que las actualizaciones de estado que evocan emociones positivas y felicidad provocan nuevas actualizaciones de júbilo entre los demás usuarios de la red, ya sean amigos, conocidos o incluso desconocidos.
Los resultados del análisis arrojaron que los mensajes que expresaban tristeza o infelicidad provocaban 1,19 mensajes negativos, mientras que los mensajes de felicidad incitaban a 1,79 mensajes positivos nuevos.pg">
Igualmente, un estudio realizado por investigadores de las universidades de Yale y de San Diego asegura que Facebook es una red social que no solo conecta personas, sino que también es una herramienta capaz de contagiar las emociones.
El estudio determinó que se extienden más fácilmente las emociones positivas que las negativas a través de Facebook y que éstas son especialmente contagiosas en períodos vacacionales y fines de semana, especialmente en fechas señaladas como Navidad, Año Nuevo, San Valentín, 4 de julio (fiesta nacional de Estados Unidos) y Acción de Gracias.
Influencers
Por otro lado, otra de las cuestiones que facilitan la viralidad son los influencers. Se trata de aquellas personas (conocidas o no) capaces de hacer que la información sobre un tema concreto se propague muy rápidamente debido a la cantidad de seguidores que tienen. Es más, hay que tener en cuenta que tiene mucho más valor un mensaje que procede de uno de estos emisores, que por regla general tienen una gran credibilidad, antes que un tuit o espacio patrocinado.
De todas formas, debemos tener claro que la viralidad no lo es todo, sino que detrás de este tipo de contenidos debe haber un buen trabajo profesional y de calidad para fidelizar a los nuevos seguidores que se consiguen siendo virales. Asimismo, debemos tener en cuenta que el tráfico procedente de las redes sociales es cada vez más importante, por lo que desde las empresas se debe fomentar la adecuada gestión de estas herramientas de comunicación para mejorar el posicionamiento natural de las webs.